Los ríos son uno de los principales afectados por la actividad humana. Las represas o la canalización artificial son algunos de los ejemplos que no solo alteran el flujo natural del que se nutren animales y plantas, sino que destruyen los hábitats y a los animales que allí viven.

Este problema con el futuro de los ríos, debido a la presencia de especies invasoras, la sobrepesca o la contaminación, es de caracter global.

Un ejemplo es el caso del río Bravo o río Grande, la corriente de agua dulce más importante de Chihuahua y frontera natural entre Estados Unidos y México. Su caudal se ve reducido día tras día debido a la construcción de represas, las obras que desvían el agua para la agricultura y la ganadería o para suministrar de agua a las ciudades. Además, sus aguas están contaminadas por los vertidos de varias industrias.

Alemania y Austria son los dos países por los que primero fluye el Danubio y, según varios estudios, decenas de plantas de producción de procesamiento y plásticos, situadas cerca del río, dañan su medio ambiente. El agua presenta nutrientes en exceso, procedentes de fertilizantes, lo que sumado al deficiente tratamiento de las aguas residuales, presentan dos grandes focos de contaminación.

El río Elk sufrió un derrame de sustancias químicas en enero de 2014, cuando una espuma de un producto empleado para lavar el carbón y eliminar las impurezas que contribuyen a la contaminación durante la combustión, fue liberado por accidente.

Tras el accidente, más de 300.000 personas residentes en el área de Virginia Occidental se quedaron sin acceso a agua potable y todavía no han logrado limpiarlo por completo.

India cuenta con uno de los ríos más contaminados del planeta. El Ganges se ha convertido en un vertedero de restos humanos, desechos industriales y animales. Aproxidamente mil millones de litros de crudo y aguas residuales sin tratar se vierten a diario en sus aguas.

El cambio climático ha castigado al río Indo, situado en India, Pakistán y China. Su caudal se ha visto prácticamente evaporado, lo que añadido a la sobre explotación pesquera y los desechos industriales no ayudan a mejorar el futuro de este río.

Los altos niveles de arsénico en las aguas del río Mekong han destruido casí 1.000 kilómetros, por lo que se le considera un río moribundo. Los manglares de sus orillas se convirtieron en factorías de piscicultura y arrozales y los embalses, junto a la deforestación, han terminado de destruirlo.

La presencia de especies externas alteró el ecosistema del río Murrat-Darling, en Australia. Nueve clases distintas de peces fueron declaradas en peligro de extinción debido a la introducción de las carpas, lo que ha favorecido también la destrucción del medio ambiente.

El río Nilo, en Egipto, tampoco se libra de la contaminación. Las aguas de este río han visto desaparecer a casi 30 especies diferentes, fruto de los desechos que se han volcado.

El río Salween está considerado como el más contaminado del planeta. Hasta hace unos años, esta corriente contaba con unas aguas cristalinas y una gran diversidad, sin embargo, debido a proyectos de desviación han roto el equilibrio entre el río y su medio ambiente.

El río Yangtzé, el más largo del continente asiático está amenazado por los desechos de desagüe, los pesticidas y fertilizantes. Otras amenazas son las infraestructuras de desarrollo de la energía hidroeléctrica, las inundaciones, la deforestación o la sedimentación.