Iván “Iron Boy” Calderón no puede cargar solo los campeonatos que ganó en su carrera.

Las seis correas, distribuidas en cuatro maletines, son una muestra de su grandioso paso por el boxeo profesional y el legado que deja como uno de los púgiles más exitosos que ha dado Puerto Rico.

Por tal razón, a su llegada al estudio de Primera Hora, necesitó la ayuda de su entrenador, Félix Pagán Pintor, para cargar con los maletines, que también incluían las medallas que logró como aficionado, incluyendo una de bronce en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999.

Un día después de confirmar su retiro de los cuadriláteros y ahora en otra faceta de su vida, Calderón accedió a conversar con este diario para repasar su vida, llena de grandes sacrificios, y su carrera, que culminó con títulos mundiales en las 105 y 108 libras y un balance de 35-3-1 y seis nocauts.

Y habló de todo. Desde el orgullo que siente por haber trabajado como recolector de basura hasta la frustración que sintió por las críticas a su estilo de boxeo.

Primera Hora: ¿Te sientes contento con la respuesta que te ha dado el público luego de anunciar tu retiro?

Calderón: “Me ha sorprendido. Los que saben del boxeo y los que saben en realidad el trabajo que yo hice me han respetado y me han tratado de una manera súper. Antes de tomar una decisión, hablé con mucha gente que ha pasado por el retiro como Luvi (Callejas), que ha sido un boxeador que se retiró y nunca volvió. Pero también les he preguntado a boxeadores que se retiraron y volvieron. He tenido mi estudio”.

PH: ¿Vino el retiro antes de lo que tú esperabas?

“Yo nunca lo mencioné ni nunca supe cuándo venía el retiro. Mi compañero Miguel Cotto, en un momento dado, dijo que se quería retirar a los 30 años y se dio cuenta que todavía le quedaba y yo mismo digo que todavía le queda mucho que demostrar. Son cosas que he aprendido hoy en día: no anunciar un retiro antes de tiempo si no lo voy a cumplir. Uno no sabe cuándo va a llegar”.

PH: ¿Estás contento con la manera en que manejaron tu carrera?

“Yo tengo que quitarme el sombrero ante la compañía Puerto Rico Best Boxing y Top Rank, que creyeron en mí. Yo firmé a la edad de 27 años, para cualquier promotor o compañía esa edad no era para firmar. Pero les demostré a ellos que no se equivocaron. Gracias a Peter (Rivera), que primero fue mi manejador, y que llevó una carrera tan difícil como lo es un peso pequeño, y él lo hizo de la manera correcta”

PH: ¿Te arrepientes de alguna decisión tomada?

“Sí, de irme a las 108 libras. Me arrepiento, en el sentido de que podía lograr muchas cosas en 105. Pero, tengo que también darle gracias a Dios que cuando lo hice, logré el objetivo que quería, que era ganarle a Hugo Cázares. Gané otro título mundial. Sí, me arrepiento porque habría estado indiscutible en las 105 y cómodo, pero no me arrepiento porque logré mis bolsas más altas en ese peso (108)”.

PH: Tus logros se dan después de una niñez complicada, estuviste de hogar en hogar. ¿Puedes poner en palabras lo complicado que fue?

“De chico, viví 10 años en los Estados Unidos. Vi mucho maltrato hacia mi mamá, y vinieron los trabajadores sociales y nos sacaron del hogar, nos sacaron a mi dos hermanas y a mí. Creo que eso fue el primer sacrificio que yo pasé, estar sin mi familia. Eso me enseñó a ser un hombre más maduro, saber no darle a las mujeres, saber hablar. Pero ahí empezaron los problemas en la escuela. Peleaba todos los días, no terminé la escuela. Muchos de mi familia usaban drogas. Pero viendo cómo las drogas les estaban haciendo daño, me dio a mí fuerza y voluntad de nunca probarlo”.

PH: Nunca has escondido tu pasado. La compañía Waste Management, en la cual trabajaste, te ayudó a entrenar para las Olimpiadas (Sídney 2000), y ahora terminas con más de un millón de dólares en ganancias. ¿Qué habría sido de ti sin el boxeo?

“Iba a seguir trabajando en Waste Management, porque no me fui porque me botaron. Me fui para poder seguir mi carrera como boxeador, porque el horario era de 3:00 de la mañana a la hora que se acabara la ruta. Hasta hoy día, ha sido el trabajo que más me ha gustado. La gente dirá: ‘Ah, es basura’. Pero es algo diferente, todos los días es una ruta diferente, no ves la misma gente, es un trabajo del cual me siento orgulloso”.

PH: A pesar de tus logros, hay gente que cuestionaba tu estilo y te describían como aburrido. ¿Te molestaba eso?

“Al principio, sí. Pero me ayudaron mis entrenadores y la gente que sabe de boxeo. Los comentarios molestan. Uno hace lo más posible por agradarles, por poner el nombre de Puerto Rico en alto, y comoquiera el propio puertorriqueño me critica. Pero mucha gente me dijo: ‘Iván, eres tú el que te subes al ring, el que coges el dinero’. Me molesta porque es algo que uno hace con el corazón y que la gente te lo critique... Mi compañero y amigo Elvis Crespo me dio un consejo antes de ayer, me dijo que lea el reportaje, pero que no lea los comentarios (en la Internet). Y eso es lo que estoy haciendo”.

PH: ¿Siempre leíste los comentarios?

“ Siempre, soy fiel a los comentarios. Uno siente el amor del público, pero también veo tantas loqueras, tantos comentarios, que me abochornan de cómo hablan de uno”.

PH: ¿Cuál es la pelea que más te late en tu memoria?

“Tengo que decir la de Hugo Cázares. Tenía un tipo al frente grande, fuerte, que pegaba. Lo tenía todo para derrotarme. Lo que la gente me critica fue lo que me llevó al éxito, que fueron mis piernas y mi habilidad”.

PH: ¿Y de las derrotas?

“No me causaron daño porque sabía que en algún momento tenían que llegar. Si uno no se retira a tiempo, siempre va a venir alguien para ti, siempre va a haber alguien que te va a derrotar, y hay que saber tomar esas derrotas. En la vida, todo el mundo tiene sus derrotas, no solo el boxeador, sino en la vida personal. Hay que seguir hacia adelante”.

PH: ¿Te quedó algo por hacer en el boxeo?

“No. A lo mejor, me faltó ganarme un millón de pesos en una pelea, que me pagaran bien, pero no se pudo”.

PH: Dijiste el lunes que si surge una buena oportunidad, regresas. ¿Te reafirmas en eso?

“El dinero es más traicionero que cualquier persona. Puedo decir adiós ahora mismo, y estoy bien económicamente. Pero si alguien me viene a decir que me van a dar un millón o 300,000 dólares, a esa oferta no se le puede decir que no. Y así han caído muchos boxeadores porque el dinero es lo más traicionero que hay. Esos chavitos que siempre tienes guardados se pueden ir”.