Luis Rojas recibirá un merecido tributo. / LA VOZ
Jerez

Sentimiento de torero

Luis Rojas 'Rojitas' recibirá próximamente el homenaje de sus paisanos, después de toda una vida sintiéndose diestro

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Luis Rojas Rojitas acaba de llegar a la peña Galloso. Una impecable chaqueta azul marino de pana y el pelo bien alisado. Corbata color albero bien ajustada, con un cierto toque de brillo. En cuanto se sienta a la mesa y comienza la charla, los ojos comienzan a hacerle juego con la corbata. Le brillan también. Después de toda una vida en la lucha, ha llegado el momento de que sus amigos y paisanos del rincón del sur le hagan un sentido homenaje. «Siempre me sentí torero. Tenía y tengo una afición desmesurada. Sufríamos tanto, que cuando el salía el toro -que el pobrecito no tenía culpa de nada- lo pagábamos con él», subraya.

En los finales de los cincuenta Luis ya sabía coger los trastos. Ahora, después de cincuenta años, confiesa que acudía a las fincas las noches de luna llena a torear las vacas. Se supone que después de tantos años aquellos hechos han prescrito, pero todavía lo cuenta con cierto recelo. «Toree más de treinta veces en la plaza de El Puerto, sin caballos y después con picadores». Y en el año 65, en esta misma plaza, recibió un tabacazo de un novillo que le partió dos costillas. «Pero aguanté hasta que dobló el animal», asegura echando pecho. Algunos críticos de Jerez y El Puerto aseguraban que tenía valor para hacer cinco toreros. Pero la vida se presenta algunas veces cruda. «Quizá me faltó un buen padrino y un poco de ayuda. Sufría mucho porque en los tentaderos siempre estaba en la tapia. Jamás me invitaron para dirigir uno», afirma. El hecho es que se fue a Madrid y comenzó su andadura como empresario. Ahora, ya jubilado, les ha dejado a sus hijos un negocio próspero en el mundo de la construcción. No debutó en Sevilla ni tomó la alternativa, pero Rojitas, al final, ha salido por la puerta grande la vida. Merecido homenaje que se le rendirá en enero. A un hombre que ante todo se ha sentido eso: torero de pies a cabeza.